Archivos sobre libertades españolas
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12/6/2025 — Lo cierto es que, en las últimas semanas, hemos recibido un notable número de artículos centrados en la preocupante situación de las libertades en los medios de comunicación en España. Muchos de ellos coinciden en señalar una inquietante deriva: la consolidación paulatina de lo que algunos autores ya califican como una «dictadura democrática», un sistema en el que, bajo la apariencia de legalidad y pluralismo, se silencia la disidencia y se margina cualquier voz crítica.
Las libertades en España cuestionadas y en debate
La creciente censura encubierta, la autocensura de periodistas por miedo a represalias, el control ideológico de ciertos medios y la manipulación informativa desde instancias de poder son solo algunas de las señales de alarma que se repiten en estas colaboraciones.
A continuación, encontrarás una selección con las principales entradas que hemos recibido y tratan este fenómeno desde diferentes perspectivas, pero todas con un denominador común: la defensa de la libertad de expresión como pilar irrenunciable de cualquier sociedad verdaderamente democrática.
Libertad de prensa en España esencial para la libertad ciudadana
Libertad lingüística — Esto es un pilar fundamental de cualquier democracia, garantizado en España por el artículo 20 de la Constitución de 1978, que protege la libertad de expresión y el derecho a usar la lengua española. Sin embargo, en los últimos años, diversos sectores han expresado preocupación por una supuesta disminución de esta libertad, especialmente en relación con la independencia de los medios de comunicación.
Índice de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras —RSF, 2024—: España ocupa el puesto 30 de 180 países, una posición relativamente alta, pero ha descendido en los últimos años —en 2021 estaba en el puesto 29—
RSF señala como desafíos: Polarización política: La creciente polarización en la sociedad española se refleja en los medios, donde algunos son acusados de alinearse con partidos políticos, lo que reduce la pluralidad.
Presiones económicas y políticas: Los medios dependen en gran medida de la publicidad institucional, lo que genera autocensura o influencia gubernamental.
Ataques a periodistas: Aunque menos frecuentes que en otros países, se han registrado casos de acoso a periodistas, especialmente en redes sociales y durante protestas.
Freedom House —2024—: Clasifica a España como «libre» en términos de libertad de prensa, pero destaca que la concentración de medios y las leyes que regulan la desinformación pueden limitar el debate abierto.
Trump elimina el español de la web — Esta noticia de Trump fue una manipulación más. Encuestas como las del CIS —Centro de Investigaciones Sociológicas— muestran que una parte significativa de la población española desconfía de los medios tradicionales, percibiéndolos como sesgados o controlados por intereses políticos o económicos. Esta desconfianza alimenta narrativas sobre una supuesta «censura» o manipulación informativa.
El término «dictadura democrática» es controvertido y se utiliza para describir sistemas donde, aunque existen elecciones libres y estructuras democráticas, se percibe una concentración de poder que limita las libertades fundamentales. En el caso de España, quienes advierten sobre esta deriva suelen señalar varios factores.
Periodismo en España — La gestión de Radio Televisión Española —RTVE— ha sido objeto de críticas recurrentes. Los cambios en su dirección suelen estar vinculados a los partidos en el poder, lo que genera acusaciones de falta de independencia. En 2023, el nombramiento de nuevos directivos en RTVE fue cuestionado por la oposición, que lo calificó como un intento de «control político».
Algunos críticos argumentan que el gobierno utiliza la asignación de fondos públicos para premiar a medios afines y castigar a los críticos. Aunque no hay pruebas concluyentes de un sistema generalizado, la opacidad en la distribución de estos fondos genera suspicacias.
Movilidad universitaria en España — Poder estudiar en cualquier universidad española es complicado. Un paso más con la ley de Seguridad Ciudadana —2015, conocida como "Ley Mordaza"—: Aunque fue parcialmente reformada en 2022, esta ley sigue siendo criticada por limitar la libertad de expresión, especialmente en protestas. Organizaciones como Amnistía Internacional han señalado que puede intimidar a periodistas que cubren manifestaciones.
Iniciativas como el Plan Nacional contra la Desinformación —2020— han generado debate. Sus defensores argumentan que busca combatir fake news, pero sus detractores temen que pueda usarse para censurar opiniones disidentes, especialmente en un contexto de polarización. La derogación del delito de injurias a la Corona y la modificación de otros delitos relacionados con la libertad de expresión han sido vistas como avances por algunos, pero otros sectores consideran que las leyes siguen siendo ambiguas y susceptibles de abuso.
El bilingüismo en Europa — Los medios polarizan el tema de las lenguas a su gusto ideológico. La propiedad de los principales medios en España está concentrada en unos pocos grupos —Atresmedia, Mediaset, Prisa, Vocento—, lo que reduce la diversidad de voces. Además, la precariedad laboral en el sector periodístico puede llevar a la autocensura, ya que los profesionales temen perder sus empleos.
Periodistas críticos con el gobierno o con ciertos partidos han denunciado campañas de acoso en plataformas como Bluesky, a menudo amplificadas por figuras públicas. Por ejemplo, en 2024, varios reporteros que cubrían temas sensibles como la corrupción o el independentismo recibieron amenazas.
La división política entre izquierda y derecha, así como el conflicto catalán, ha llevado a que los medios sean percibidos como «trincheras ideológicas». Esto refuerza la idea de una prensa menos objetiva y más manipulable.
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El PP margina el español en Mallorca — El PP es menos malo que el PSOE, pero eso no lo convierte en bueno. Aunque las preocupaciones sobre la libertad de prensa son legítimas, la caracterización de España como una «dictadura democrática» es discutible y depende de la perspectiva: La polarización y la desconfianza en las instituciones debilitan el debate público. Las presiones económicas y políticas sobre los medios son reales, aunque no exclusivas de España. Leyes como la de Seguridad Ciudadana o las regulaciones contra la desinformación pueden tener efectos disuasorios.
2804 - En un país donde se hablan múltiples lenguas, los padres se enfrentan decisiones políticas sobre la libertad de educación lingüística de sus hijos.
♦ Unos datos interesantes ►
En contra, España sigue siendo una democracia consolidada, con elecciones libres, separación aparente de poderes y un sistema judicial casi independiente. Los índices internacionales, aunque señalan problemas, no sitúan a España en niveles de países con democracias defectuosas. La libertad de expresión sigue siendo robusta: críticas al gobierno, manifestaciones y sátira política son comunes en medios y redes sociales. Las acusaciones de «dictadura» a menudo provienen de sectores polarizados, lo que puede exagerar la magnitud del problema.
Para abordar las preocupaciones sobre la libertad de prensa y evitar cualquier deriva autoritaria, se podrían analizar algunos aspectos. Fortalecer la independencia de los medios públicos. Establecer mecanismos transparentes y multipartidistas para la gestión de RTVE, similares a los de la BBC en Reino Unido.
También sería conveniente regular la publicidad institucional. Crear criterios objetivos y públicos para la asignación de fondos, evitando favoritismos. Y por supuesto, proteger a los periodistas. Implementar protocolos contra el acoso, tanto en redes sociales como en el mundo físico, y garantizar investigaciones rápidas en casos de amenazas.
