Igualdad y privilegios ciudadanos
Una cosa es la igualdad y otra los privilegios que precisamente son un hándicap para la igualdad y la libertad de los ciudadanos. España es el país con más castas privilegiadas del mundo.
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15/12/2020 - Los derechos y la igualdad de todos los ciudadanos deben ser incuestionables y exactamente iguales en todos los países. Así lo pienso y así lo digo totalmente convencido sin ningún atisbo de duda. Pero una cosa es la igualdad y otra muy perniciosa son los privilegios.
Entiendo que la única razón justificable para adjudicar privilegios sea a las personas discapacitadas ya que tienen menos posibilidades que el resto de los humanos. Esta debe ser la única excepción.
Estamos muy acostumbrados, viciados más bien, a ver cómo en el mundo buenista en el que vivimos se asignan privilegios a las mujeres, a los ciclistas, a inmigrantes, a los que hablan en un dialecto tribal determinado, a los vagos, a los ninis, a desorientados se**xuales, a los okupas, etc., incluso en España se otorgan privilegios a los gilipollas crónicos –esto es una redundancia gramatical pero me encanta-.
El hecho es que cuando a un sector concreto de la sociedad se le otorgan unos privilegios determinados se está creando una injusticia social y por consiguiente se provoca un enfrentamiento, aunque en muchos casos sea una mala ostia* silenciosa, con el resto de ciudadanos que trabajamos y que además nos esquilman con impuestos.
No, me niego a aceptar esta sociedad imbécil que me rodea. No estoy de acuerdo que en mi pueblo se prohíba la fiesta de la matanza del cerdo porque molesta a los animalistas mientras los mo**ros pueden degollar en sus casas durante el Rama**dán a los corderos; no entiendo que una ostia* de un tío sea más delito que la ostia* de una mujer, no entiendo los privilegios de los mari**cas, mari**cones y homos**exuales; no entiendo que la S.S. le cambie el se**xo gratis a un trastornado mental y a mi prima, que está muy cuerda, la S.S. no le cambie sus tetas alicaídas; no entiendo que un inmigrante con su iPhone en el bolsillo lo tenga todo pagado, no entiendo que un hijop**uta vaya por el medio de la carretera dando por culo al resto de conductores, no entiendo que un okupa se adueñe de una casa y no se le saque en media hora detenido, etc. No entiendo tantas cosas que están sucediendo y que nade me explica.
Y por cierto, tampoco entiendo por qué los políticos tienen tantos privilegios como estar aforados, aparcamiento reservado en sus trabajos, sus casas antiokupas, sus sueldos vitalicios, dietas exentas de impuestos, etc., y una infinidad de privilegios que avergonzaría en la intimidad al mayor buenista de esta sociedad. ¿Acaso los políticos están discapacitados y son su**bnormales? ¡Quizá sí!
En este desmadre nacional que vivimos también hay muchos que no entienden el ascenso de Vox. ¡Manda cojones!, pues precisamente esto yo sí que lo entiendo porque una cosa es igualdad y otra privilegios.
Así lo pienso y así lo digo. - Si te interesan mis pensamientos libres puedes seguirme en mi territorio independiente ► Santacreu
Privilegios para unos, ofensa para todos
En cualquier sociedad democrática y justa, todos los ciudadanos deben ser iguales ante la ley y tener los mismos derechos y deberes. Cuando se rompe ese principio básico y se otorgan privilegios especiales a un grupo, automáticamente se produce un desequilibrio que afecta negativamente al resto.
Porque un privilegio no es un derecho universal: es una ventaja artificial que se concede a unos pocos a costa de los demás.
Es decir, lo que se le da de más a un grupo privilegiado se le está quitando —explícita o implícitamente— al resto de los ciudadanos. Ya sea en forma de dinero público, de trato preferente, de impunidad legal o de beneficios sociales exclusivos, esos privilegios no son neutrales: generan desigualdad, agravio comparativo y sensación de injusticia.
Por ejemplo, si un colectivo tiene subvenciones públicas millonarias solo por su afinidad ideológica, ese dinero sale del bolsillo de todos los contribuyentes, incluidos aquellos que piensan distinto y no reciben nada.
Si un grupo tiene impunidad o trato de favor ante la justicia, se vulnera el principio de igualdad legal y se pisotea la dignidad de quienes sí cumplen la ley y no tienen ese escudo protector.
Si se impone una ley que beneficia a un sector concreto en detrimento del sentido común o del interés general, eso no es gobernar: es favorecer clientelas a costa del ciudadano medio.
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El mayor medio de comunicación -- Nunca en toda la historia de la humanidad ha existido un medio de comunicación tan poderoso como el español, nuestra lengua universal. Mientras en todo el mundo crece el interés por aprenderlo aquí en España hablamos mucho de libertades y privilegios pero en cambio estamos poniendo barricadas para soterrarlo e impedir que todos los españoles puedan utilizar nuestra lengua nacional. Una demostración clara de que los privilegios atentan contra la libertad.
2804 - En un país donde se hablan múltiples lenguas, los padres se enfrentan decisiones políticas sobre la libertad de educación lingüística de sus hijos.
♦ Unos datos interesantes ►
Ahora ya sabes que cada privilegio es una ofensa doble: primero, porque rompe la igualdad de derechos; y segundo, porque menosprecia al ciudadano común, que ve cómo su esfuerzo y sus obligaciones no se corresponden con los beneficios que recibe.
Una sociedad libre y justa no necesita crear élites intocables ni minorías mimadas por intereses políticos. Necesita ciudadanos iguales, libres y responsables. Porque solo cuando todos jugamos con las mismas reglas, podemos hablar de justicia, convivencia y democracia real.